Desde mi mecedora

Me despierto y veo todo negro. Instanteneamente grito con todas mis fuerzas: ahhhhhhhhhhhhh! Y pienso: "¿Morí? ¿Es esto lo que hay después de la vida?". Muerta estaba. Muerta por dentro. Sentía ese vacío que sólo esa persona podía llenar. Pasaba minutos,horas, días, semanas, meses, pensando en lo que había pasado. E intentaba encontrar qué fue lo que falló. ¿Fui yo? ¿Fue él? ¿Di de más? ¿Tal vez de menos?. No lo sé. Tal vez, nunca lo sabré. Lo único que sé, es que nos amamos. Si, fue corto, fue fugaz, pero esas mariposas, si, esas mariposas que vos me hacías sentir, nadie me las hizo sentir jamás; y me atrevo a decir que probablemente ese sentimiento no me lo hará sentir nunca nadie.
Pasaron los años. Pasaron amores de estación. Pasó de todo.
Hoy, envejecida y en mi mecedora, lo que me mantiene viva es el recuerdo. Tu recuerdo. Veo pasar una película. Nuestra película. Nuestros momentos. Esos momentos que tuvimos. Me hacen sonreír, me hacen feliz. Hace mucho que dejé de saber de ti, pero si de algo estoy segura es de que hasta el día en que me muera, voy a seguir pensando en vos.