12.9.08

¡Basta para mí!

Esto ya cruza lo inexplicable. No recuerdo haber roto ningún espejo, haber pasado por debajo de una escalera, tampoco abrí un paragüas dentro de una casa. ¡Ni siquiera vi un gato negro!

Pero sí, cosas raras me siguen pasando sin explicación alguna.

Paso a contar:

Día horrible. Lluvioso, pero horrible de todas formas. Llego tarde a la parada y tengo que correr el colectivo (ni hablar de golpearle la puerta). Subo, meto las moneditas donde van (léase: la máquina de mi perdición) y me dispongo a ¿acomodarme? Esto último es medio jodido, dado que estaba hasta el culo el colectivo y lo único que pude hacer es quedarme parada en frente de la máquina en cuestión, porque el señor Bondiman dejó subir a 3 personas más. Ni bien subí, me llamó sumamente la atención que hubiera un balde (sí, leíste bien: un balde) lleno de agua al costado de la choronga que traga mi dinero todos los días. Como tenía "La Divina Comedia", la apoyé arriba del aparato y empecé a revisar adentro de la cartera en busca de mi mp3, cuando se escucha un "¡¡PLAFFF!!". Adivinen qué había pasado.
Sí damas y caballeros, se me cayó el libro (que eran fotocopias) al balde del orto que todavía no sé qué carajo hacía ahí.

Y así, ese día sufrí un montón de "accidentes" parecidos, pero no vale la pena contarlos, porque después recibo muchas burlas por parte de ustedes.
Na, algún día contaré cómo siguió mi día, en el cual los planetas, definitivamente no se alinearon.

1 comentario:

Gracias por comentar. ¡Que tengas un lindo día!