17 años

17 años no son muchos, pero tampoco son tan pocos. En estos 17 años, he aprendido muchas cosas. Lecciones de vida. He aprendido que no te tienes que jugar por aquellos por los que no sabes con seguridad que harían lo mismo por vos. He aprendido, que hasta los más sabios se equivocan. He aprendido, que no hay que esperar mucho de los demás, porque te podes llevar una gran decepción. He aprendido, que uno no siempre tiene que esperar lo mismo que le da al otro. He aprendido, que hay amigos que van y otros que vienen, que algunos se quedan un tiempo, y que pocos son para siempre. He aprendido, que la familia es lo más importante que tiene uno. He aprendido a sumar, restar, dividir y multiplicar, la cantidad de veces que me he equivocado. Me di cuenta de que se aprende mucho más de los errores. He aprendido, que no hay que aferrarse a algo que tal vez no vale la pena. He aprendido que todos los sueños se pueden alcanzar, solo hay que esforzarse mucho. Con 17 años, sigo siendo una niña, pero al mirar atrás, hay pocas cosas de las que me arrepiento. Cuando miro hacia atrás, sonrío para mí, porque tengo miles de recuerdos hermosos, con personas que están, con algunas que ya no, pero que en algún momento (si es que todavía no lo son), fueron muy importantes para mí. Por eso, agradezco a todos los que me acompañaron en este pequeño viaje de la vida. Todavía no voy, ni a mitad de camino, pero estoy feliz con todo lo que he hecho, o por lo menos con la mayoría de las cosas. Aprendí también que un secreto, solo lo puede guardar uno. Aprendí que no siempre hay que guiar a los que se quiere, sino que hay que dejar que se equivoquen. He aprendido, que una pena es más fuerte si no se dice. He aprendido, que el llorar es bueno a veces y que no siempre hay que mostrase fuerte, de piedra e invencible hacia los demás. Aprendí que nunca está de más expresar los sentimientos, porque algunos se olvidan de lo que sienten y nunca es malo recordarle al otro que se lo quiere. He aprendido a valorar muchas cosas, que tal vez son pequeñas, pero a la vez son enormes. He aprendido, que hay muchas cosas y muchas personas por conocer y aprender de ellas. Algunas cosas todavía no he logrado descifrarlas, pero me esfuerzo día a día para comprender por qué estamos acá y que aporto yo a este mundo. Puede ser que aporte alegría que siempre llevo conmigo. Puede ser que este acá para robarle una que otra sonrisa a quien lo necesita. Puede que este para ayudarme a mi misma. A rescatarme cuando estoy caída. He aprendido que tengo que dejar ayudarme, que hay cosas que no puedo resolverlas sola. 17 años es todo lo que viví. Es toda mi vida. Con 17 años, recién estoy saliendo del cascarón. He aprendido, que primero hay que pensar y luego actuar, aunque todavía no logro hacerlo. He aprendido que las apariencias engañan y que algo fuerte como una gran amistad, después de que se rompe una vez, es imposible de arreglar; se puede intentar, pero nunca volverá a ser lo mismo. Aprendí a quererme y a apreciarme por lo que soy. Nunca me importó lo que piensan los demás, ni las consecuencias de mis acciones, pero me he dado cuenta de que si no mido las consecuencias pueden pasar cosas malas. No he aprendido aún cuando callar y cuando hablar. Se cuando decir la palabra correcta o cuando dar un abrazo o darme cuenta de cuando un silencio es más adecuado que un millón de palabras. Creo que la lección más grande que aprendí, es que el amor y la amistad, pueden contra cualquier tempestad. Puedo decir que he aprendido mucho, pero que me falta muchísimo por aprender. De lo que estoy 100% segura es que no se casi nada y que me queda un largo camino por recorrer.